La capillita del bar IÔSIF

Camaradas, ya sabéis que a la gente de la barra no nos gusta hablar por mucho tiempo.

Una cosa es cerrar un bar y otra bien distinta que te lo cierren.

Aviso a todos que el pasado 2 de diciembre, finalmente el Iôsif Bar ha sido oficialmente robado y por consiguiente, cerrado .

Quiero dar muchas gracias a todos los que me apoyaron en la increíble experiencia de ser el responsable de este simpático -y épico- bar estalinista. Económica, moral y también filosóficamente.

Un único año estuvimos abiertos con relativa libertad y cinco de acoso pertinaz y surrealistas mentiras, sanciones y precintos de cierre.

Solo quiero dejar constancia de la grandeza de la gente y lo miserable de nuestras instituciones. Todos decían que este proyecto era un suicidio, y conseguimos en apenas unos meses de amabilidad y trabajo, de cumpleaños del padrecito, de MicrosDemocráticosPopulares, de Cevichadas Balcánicas, de Archipiélagos Rumbas, ¡del debate de Zizek y Peterson!, reunir a lo más granado de solitarios disidentes barceloneses y expats, -también soportar estoicamente a innumerables trolls- convertirnos, posiblemente, en el garito más totalitario -y por tanto libre- y alocado de Barcelona.

Al IÔSIF venían hindúes anti-Gandhi, extaxistas comunistas, ucranianas que preguntaban con emoción si el nombre era un homenaje y no una burla. Los parroquianos empezaron a quitarse tinder, los genios solitarios cocainómanos caseros hacían amigos, la beautiful people se sentía incómoda por no ser tratada con deferencia.

No había lengua oficial, no había target de edad, no había orientación sexual, unos vecinos amenazaban a otros para que no vinieran, marxistas que se peleaban en el antiguo Twitter limaban asperezas en la barra, calculo sin temor a exagerar que vi nacer cien historias de amor en menos de trescientos días. Eso sí, no había cobertura ni con Movistar : )

Un año fue suficiente para el famoso brilli-brilli Ajuntament de Barcelona y las oscuras fuerzas telúricas del Districte de Sants-Montjüic. No nos dejaron en paz desde el mismo instante en que se nos hizo pequeño.

Un abogado parroquiano, hombre de barra, siempre decía que este bar estaba diez años avanzado a su época.

Así que haciendo cálculos, deberíamos vernos en el 2029, a puntito de la famosa Agenda.

Eso si, seguramente será con un proyecto digno del 2039. Y no creo que sea en Barcelona hasta que la ciudad sane.

Ya para acabar y como colofón, curiosamente el mayor homenaje, como suele pasar en estos casos, suele venir del enemigo.

En una ocasión un Guardia Urbano me paró por el Paralel:

-Oye, Raúl, que sepas que yo no estoy en el ajo, cuando mandan gente yo no voy. Pero hay una cosa que no entiendo. A ti te torturamos, vale, pero, ¿por qué sigue yendo la gente con lo que los torturamos a ellos también? ¿que demonios les dais ahí dentro?.

Muchas veces la gente pragmática, la del secreto de la CocaCola, te pregunta: ¿cuál es el truco para que una fiesta tenga éxito?.

Esperan algo useño del estilo sexo, drogas y rockandroll. Pero la respuesta se la di al comprensivo Urbano:

-Lo más importante de todo es la gente que no va.